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Propiedad Intelectual

Innovaciones de la UNAM contribuyen a la solución de problemáticas del país

Por: María Isabel Mascorro Velarde

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es la institución de educación superior que más patenta y protege su propiedad intelectual en nuestra nación; la calidad de su investigación está demostrada en las más de 503 patentes que el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) le ha concedido en las últimas décadas.

Así lo afirma la directora de Transferencia Tecnológica, de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de esta casa de estudios, María Isabel Mascorro Velarde, quien asegura que la Universidad es semillero de futuros inventores.

Tenemos a numerosos estudiantes que obtienen primeros lugares a nivel mundial en diversos concursos, hackatones, certámenes temáticos, comenta la experta.

Durante la pandemia por la COVID-19 la institución mostró su capacidad de reaccionar ante los problemas que la nación y registró un “boom” de iniciativas de investigadores y estudiantes -principalmente de posgrado- para dar solución a la emergencia sanitaria, agrega la funcionaria con motivo del Día del Inventor Mexicano, que se celebra el 17 de febrero.

Incluso, prosigue, se emitió una convocatoria junto con la Universidad de California para impulsar proyectos de académicos y alumnos de ambas instituciones; se presentaron 130 iniciativas, 19 de ellas recibieron financiamiento y están en etapa de maduración, entre las que se encuentran: un lector de tomografías, desarrollo de moléculas y de una vacuna, además de un respirador portátil.

“Hay muchas ideas, nosotros quisiéramos que se concretaran más, que tuvieran más tiempo para madurarse, para invertirles, porque el proceso de investigación es largo; de prueba y error, que llevado de manera constante puede dar muy buenos resultados”, asevera Mascorro Velarde.

Las entidades universitarias que más patentes han obtenido son: el Instituto de Biotecnología, con 53; la Facultad de Química, 51; el Instituto de Ingeniería, 49; la Facultad de Medicina, 36; y la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, 36.

El Día del Inventor Mexicano se estableció en honor del investigador, científico y compositor Guillermo González Camarena, quien inventó la televisión a color. De acuerdo con el IMPI, en 1993 se constituyó para reconocer el trabajo de los inventores nacionales quienes impulsan el desarrollo tecnológico y la innovación en el país.

Transferencia de conocimiento y patentamiento

Mascorro Velarde explica que en la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM se trabaja a partir de diversas áreas y con distintos programas y estrategias para que los universitarios transfieran sus desarrollos y conocimientos para beneficio de la sociedad.

En la Dirección de Transferencia Tecnológica presentan los avances de sus investigaciones para que evalúen su patentabilidad -es decir, si son novedosas-, si tienen capacidad inventiva y aplicabilidad industrial, sus ventajas con respecto a productos que ya están en el mercado y la viabilidad para que sean adoptados por los diferentes sectores productivos. Si se obtiene una calificación positiva se procede a la protección de la propiedad intelectual.

El área de emprendimiento universitario está más enfocada a la atención de los alumnos y académicos, en algunos casos asociados, quienes presentan iniciativas para realizar un negocio propio. Hay una red de 15 incubadoras para estos proyectos y un laboratorio de ideas, donde los estudiantes pueden diseñar o identificar necesidades de la sociedad que pueden atender con un plan tecnológico, servicio o producto.

Además, está el Programa para el Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) que anualmente premia las solicitudes de patentes con más fortalezas, se les otorgan recursos para madurarlas y que avancen en resultados que logren mayor interés para transferir.

De igual forma, se cuenta con el Consorcio UNAM-Tec de Monterrey para impulsar proyectos de amplia visión e impacto global, creados por investigadores de ambas instituciones. Hay varias modalidades: se abren convocatorias para madurar tecnologías, con algún aliado industrial, y se atienden retos de empresas y consumidores que son resueltos por binomios de investigadores.

Para potencializar la vinculación universidad-empresa en el país, se necesita que los sectores productivos -público y privado- tengan más confianza y busquen la ayuda de las universidades para resolver las problemáticas que detectan en sus empresas y la sociedad, así como para apoyar más investigaciones colaborativas, refiere Mascorro Velarde.

Se requiere también que los investigadores se acerquen más a estos sectores para orientar sus trabajos hacia estas necesidades y presenten alternativas viables. “Es un esfuerzo muy grande de ambas partes”, comenta.

Los emprendedores deben identificar los requerimientos de los consumidores, a fin de generar nuevos productos, ideas de servicio, calidad y precio, concluye.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura de CORI TAX & LEGAL.

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Propiedad Intelectual

Daren Tang, responsable de la agencia de la ONU que vela por las patentes: «Creemos en la igualdad vacunal, pero también en que la propiedad intelectual es parte de la solución»

Por: Alberto R. Aguilar

La Organización Mundial del Comercio (OMC) espera alcanzar un consenso sobre qué hacer con las vacunas contra el coronavirus este mismo mes: liberar sus patentes o no. Hay ahora mismo dos bloques de países enfrentados. Los primeros creen que liberar las patentes de los fármacos favorecería su distribución. Los segundos, que frenaría la innovación.

El debate comenzó hace meses, con el inicio de la campaña de vacunación a nivel global. La propia directora general de la OMC, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, lamentaba hace unos días que el 99% de las vacunas que tiene África fuesen importadas. Ya hay incluso mapas que dibujan esa brecha que existe en vacunación entre países ricos y países en desarrollo.

El problema sigue existiendo y Amnistía Internacional lo ha vuelto a denunciar esta misma semana. Daren Tang, el director general de la Oficina Mundial de la Propiedad Intelectual, la agencia de Naciones Unidas que vela por el sistema internacional de patentes, sostiene, sin embargo, que las patentes podrían ser parte de la solución.

«Permíteme ser muy claro. La OMPI, como otras agencias de la ONU, cree en la igualdad vacunal. Ninguna vida estará a salvo hasta que todos estemos a salvo. Y seguimos convencidos de que todo el mundo debería vacunarse para que podamos ayudarnos todos a superar la pandemia», avanza, en declaraciones a Business Insider España.

«Pero también creo que la propiedad intelectual es parte de la solución», abunda. «De hecho, las vacunas contra el coronavirus han sido el despliegue de vacunas más rápido en la historia de la humanidad. En los 60, cuando se desarrolló la vacuna contra el sarampión, llevó entre 6 o 7 años garantizar su distribución».

El director general de la OMPI recuerda que en el caso de los fármacos contra el coronavirus, «los investigadores y las compañías han sido capaces de desarrollar vacunas y distribuirlas en menos de un año».

«Creemos que la propiedad intelectual es parte de la solución, pero también sabemos que es algo complejo». Por eso, Tang también incide en que las patentes no lo son todo. «No se requieren solo patentes, también un conocimiento en salud, buenos sistemas sanitarios, y el movimiento de componentes frente a posibles restricciones».

Esa es la razón por la que, según incide el director general de la OMPI, este organismo trabaja de forma tripartita con otras agencias de Naciones Unidas, como la propia Organización Mundial del Comercio o la Organización Mundial de la Salud (OMS). «Seguimos buscando la fórmula de trabajar con otras agencias de la ONU y con otros socios apoyando esa igualdad vacunal».

Las políticas industriales son esenciales en tiempos de urgencia y crisis como los vividos durante la pandemia. Cuando se detectaron los primeros casos de COVID-19 en España se produjeron problemas debido a la escasez de mascarillas y de respiradores para hospitales.

El director de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), José Antonio Gil Celedonio, abundaba en una entrevista con este medio hace unos meses cómo la pandemia se había convertido en una oportunidad. «La crisis del coronavirus ha demostrado que tenemos que tener capacidades productivas propias para no depender de fuera».

El propio Tang coincide con Gil Celedonio. «La función del sistema de la propiedad intelectual es impulsar la innovación, ya que ofrece incentivos para todos aquellos que están creando o innovando«. Mucha de la tecnología de la que hoy disfrutamos es fruto de esa innovación. «Las soluciones a la pandemia se basan en inversiones en cuidados sanitarios o tecnología médica».

Por eso el director general de la OMPI reivindica el papel que ha jugado el ecosistema de la propiedad intelectual a la hora de ofrecer esas soluciones. Pero también cree que se debe hacer «más» que confiar y depender de innovaciones «de las últimas décadas». «Por eso estamos trabajando para ver cómo la propiedad intelectual puede impulsar algunos desafíos globales».

De ahí esa cercana colaboración que la OMPI viene manteniendo desde hace un tiempo con la OMS y con la propia OMC. «Por ejemplo, hemos preparado un paquete especial para la pandemia que le ofrecemos a todos los estados miembros, con medidas para apoyarlos a desarrollar tecnología y capacidades de transferirla».

«De esta manera pueden desarrollar sus propias investigaciones o crear sus propios centros de investigación», enfatiza el dirigente. También con esta fórmula se garantiza que algunos países puedan absorber la tecnología, lo que tiene especial incidencia en países en vías de desarrollo. «No es solo una cuestión de propiedad intelectual, también de salud, comercio y por supuesto innovación».

Tang confía en que con ese paquete de soluciones la OMPI pueda colaborar y ofrecer a los países miembros «una solución holística» a un problema de gran complejidad.

De hecho, Tang llegó a la Dirección General de la agencia a mediados de 2020, con la pandemia ya azotando todo el mundo. Procedente de Singapur, el directivo asegura en declaraciones a este medio que su propósito es transformar la OMPI.

«La OMPI es la agencia de Naciones Unidas a cargo de la propiedad intelectual y la innovación. Ofrecemos servicios y establecemos estándares internacionales. Ayudamos a países a usar la propiedad intelectual para crecer y desarrollarse. Está ubicada en Ginebra y tomé el cargo de director general hace un año y medio», detalla.

«Queremos transformar la OMPI de ser una agencia técnica que trata sobre un asunto muy técnico. Queremos que sea una agencia que ayude verdaderamente a la gente a usar la propiedad intelectual como el poderoso catalizador de empleo que es. Por eso queremos ir más allá de la perspectiva puramente legal o técnica», incide.

La idea es que la OMPI explique la propiedad intelectual «aterrizándola en el suelo», convirtiéndola en algo «vivo y relevante» para todo el mundo. «Ir más allá de expertos en propiedad intelectual y especialistas para apoyar a emprendedores, a startups, a innovadores y a las pequeñas y medianas empresas».

Tang, quiere, en definitiva, construir «un ecosistema de la propiedad intelectual más inclusivo», que no deje a nadie atrás, en especial a mujeres y jóvenes. Y es que para el director general, «la propiedad intelectual no solo es importante para grandes compañías o industrias altamente tecnologizadas».

Pone el ejemplo de una emprendedora española, Paula Babiano, que dejó su trabajo como abogada en el prestigioso despacho Cuatrecasas para fundar una empresa que reparte tartas y postres a domicilio llamada Balbisiana.

«Una compañía como la suya requiere una importante inversión de tiempo y dinero para crear una experiencia muy especial para sus clientes. Esa experiencia se manifiesta en su marca. Una marca que permite a sus usuarios asociar emocionalmente el consumo de su producto con la experiencia que la propia Paula quiere trasladar», incide.

«La propiedad intelectual ayuda a proteger su inversión y la energía que Paula ha depositado en el desarrollo de la experiencia de sus clientes». Pero la propiedad intelectual no se detiene en marcas: también puede proteger «modelos de negocio, o diseños específicos de tecnologías como un teléfono móvil, o la música de nuevos artistas».

Por eso Tang insiste mucho en la idea de que la propiedad intelectual es importante «no solo para las grandes compañías, también para startups y pymes». «Si no llegamos a ellas y no les ayudamos a usar la propiedad intelectual para crecer, entonces no podremos ayudar a superar la pandemia a los distintos países del mundo, en especial a países en desarrollo o países como España».

«Nuestro objetivo en los próximos años es crear un ecosistema de la propiedad intelectual más inclusivo donde las pequeñas empresas puedan entender que el sistema les ayuda también a llevar sus ideas y negocios al mercado».

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Es el fin de una era, y uno que vale 600 millones de dólares: BlackBerry vende sus patentes originales

Por: Enrique Pérez

Poco le quedaba ya a Blackberry, salvo su legado. Salvo el hecho de haber sido en su día el fabricante de móviles que lideró el mercado. Ese hecho no cambiará, pero a partir de ahora la empresa ya no podrá beneficiarse de que fueron ellos quienes inventaron varios de los aspectos y componentes clave de la telefonía actual. Hablamos de sus patentes originales relacionadas con la telefonía y la mensajería, desde la forma de sus teclados QWERTY hasta el servicio de mensajería BBM.

Según describe Reuters, Blackberry venderá sus patentes originales de telefonía, mensajería y telecomunicaciones por 600 millones de dólares. A través de la empresa Catapult IP Innovations se creará una empresa independiente que será dueña de estas patentes. Según explican, esto no afectará a los usuarios ni clientes de sus productos o servicios, pero la empresa compradora, especializada en gestión de propiedad intelectual, podrá aprovechar comercialmente estas patentes.

Haber sido el más grande todavía tiene valor

La venta de las patentes llega varias semanas después de que Blackberry haya puesto fin al soporte de los dispositivos que ofreció a ejecutivos, políticos y otros usuarios a principios de los 2000.

Los 600 millones de dólares siguen siendo una cantidad elevada para una compañía que se encuentra en sus horas más bajas. Las acciones de Blackberry han caído con esta decisión y su valor es equiparable al de otras compañías que se estrellaron como GameStop o AMC.

De hecho, cuando ocurrió la subida de sus acciones, las de Blackberry también escalaron un 41%. Pese a todo, Blackberry es una empresa sin activos valiosos y con este movimiento se deshace de uno de sus últimos ases en la manga para poder generar ingresos. Si hay algún tipo de lucha judicial por propiedad intelectual, ya no será Blackberry quien lo defienda y quien pudiera salir beneficiada.

Si un fabricante de móviles decida copiar a Blackberry, ya no será la empresa original quien vele por sus intereses. De hecho, al ser una firma especializada en copyright es más factible que los pleitos por derechos de autor se intensifiquen. Al fin y al cabo, es difícil pensar que esas patentes vayan a ser utilizadas para fabricar un producto real. Sacar beneficio a base de denuncias o revenderlas son los dos caminos directos.

Precisamente por el alcance que tuvo en su día Blackberry es por lo que sus patentes resultan tan valiosas. Blackberry, junto a otras marcas como por ejemplo Motorola, fueron quienes pusieron el primer grano de arena en muchas de las innovaciones que hoy en día consideramos habituales. Eso se refleja en unas patentes que hoy, más de 20 años después, siguen valiendo una gran suma de dinero.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura de CORI TAX & LEGAL.